sábado, 3 de octubre de 2015

Fin.

A día de hoy pienso (y puedo llegar a afirmar) que nada, absolutamente nada dura para siempre. Por mucho que se quiera.
Puedes invertir años y años en una única persona y que eso, al fin y al cabo, no sirva de nada.
Puedes luchar contra todo y todos por ella, por su felicidad, y que eso al final no pese (por que no lo hace).
Siempre (queramos o no) habrá alguien que por mucho que duela (por que lo hace), pasará por encima de ti. Que importe más. ¿Que valga más? Probablemente no, pero, de todas formas, te han remplazado por el.
¿Sirve de algo  mirar hacia atrás y lamentarte de lo mal que va tu vida a día de hoy sin ella? No.
Lo que sí que sirve es tirar para delante gracias a tu esfuerzo diario, gracias a las personas a las que realmente les importas, las que están a tu lado.
Eso vale la pena.
De nada sirve mirar hacia atrás por que eso no hará que nada vuelva.
¿Que estarás jodida siempre por ella? Sí.
¿Y que se puede vivir sin la otra mitad de ti? También.
Ciclo cerrado.

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